woman in red shirt smiles amongst green, leafy plants. The Global 
Alliance of Territorial Communities logo is superimposed on this image, in white

Creando un ecosistema visual: Presentación de nuestra nueva marca

En un mundo donde la interconexión de los Pueblos Indígenas y las Comunidades Locales es más vital que nunca, la Alianza Global de Comunidades Territoriales (GATC) se ha embarcado en un viaje transformador para redefinir su identidad. En el transcurso de un proceso de un año, nuestra organización ha elaborado cuidadosamente una nueva marca que resume el espíritu de unidad, resiliencia y dedicación inquebrantable a la defensa de nuestros derechos y territorios.

Unidad en la Multiplicidad: La Esencia de Nuestra Marca

El proceso de elaboración de una identidad visual que pudiera encapsular la riqueza de las culturas presentes dentro de la Alianza Global de Comunidades Territoriales fue un desafío formidable. Nuestro objetivo era crear un logotipo y un ecosistema visual que no solo celebrará la diversidad de nuestros miembros, sino que también simbolizará el frente unido que presentamos para salvaguardar nuestra Tierra compartida. Nuestras organizaciones miembro provienen de todas las selvas tropicales más ricas y todas tienen un rico patrimonio cultural, pero frente a la diferencia nos unimos con una misión compartida.

El viaje comenzó con una extensa fase de investigación, durante la cual nos sumergimos en las historias, relatos y aspiraciones de los Pueblos Indígenas y las Comunidades Locales que constituyen nuestra alianza. A través del diálogo con nuestro liderazgo, buscamos inspiración y significado que resonará profundamente con nuestro espíritu colectivo. Cada iteración del diseño fue un paso hacia la captura de nuestra unidad.

El significado detrás del logo

  1. El Círculo: Símbolo de la naturaleza cíclica de la vida, el círculo encarna nuestro profundo respeto por los ritmos de la Tierra. Honramos tanto los tiempos de abundancia como los de descanso, nutriendo al planeta como nos nutre a nosotros.
  2. El Sol Naciente: El medio sol representa el amanecer y la esperanza. En una era marcada por la crisis climática, mantener la esperanza de un futuro mejor es fundamental para nuestra misión colectiva.
  3. Semillas: Estas semillas encapsulan nuestro legado. Nuestro trabajo está impulsado por el deseo de dejar un planeta fértil para las generaciones venideras, asegurando que nuestras contribuciones resuenen a través del tiempo.
  4. Raíces, Ramas y Corales: Los intrincados elementos a continuación representan nuestros territorios en su variedad. Representan las raíces y ramas de vastos bosques, y también los corales de aguas profundas de nuestras comunidades costeras. Para nosotros las raíces representan nuestra profunda conexión con nuestros territorios. Estamos comprometidos a trabajar con las organizaciones de base para garantizar que seamos un actor legítimo para alzar la voz de los pueblos indígenas y las comunidades locales. Las raíces también nos hablan de nuestras conexiones ancestrales, escuchamos las voces de nuestros ancestros y portamos con orgullo nuestra herencia cultural.
  5. Manos: representando nuestra conexión con la Tierra, estas manos abrazan simultáneamente nuestras raíces y acunan nuestras ramas en crecimiento. Simbolizan nuestro pasado, nuestro presente y el crecimiento que se avecina.

Nuestra paleta

  • Verde profundo: Simbólico de las profundidades más profundas de la naturaleza, este color nos envuelve en el poder del mundo natural.
  • Verde vibrante: Reflejando la abundante riqueza de la naturaleza, este tono abarca todo lo que sustenta la vida.
  • Rojo Profundo: Como el color de la sangre, el conocimiento y los rituales, el rojo profundo representa la esencia colectiva de nuestros pueblos.
  • Naranja: representando el suelo, la fuente de vida, el naranja encarna la base terrenal que sustenta el crecimiento.
  • Marfil: Este tono refleja la pureza y luminosidad del agua, que fluye a través de nuestros ríos y océanos, conectándonos a todos.

En nuestra nueva identidad visual hemos tejido las historias, esperanzas y aspiraciones de nosotros, los Pueblos Indígenas y Comunidades Locales que custodiamos el futuro de nuestra Tierra. Es un testimonio de nuestra unidad, nuestro crecimiento y nuestro compromiso de salvaguardar la Madre Tierra. Cada elemento de nuestro logo lleva un profundo simbolismo, un reflejo de las diversas voces y perspectivas que constituyen la Alianza Global de Comunidades Territoriales. Juntos, nos levantamos, defendemos y nos mantenemos como guardianes de nuestro hogar compartido.

Extendemos nuestro más sincero agradecimiento a Motora, el estudio de diseño brasileño que se asoció con nosotros en este viaje, han dado vida a nuestra visión.

Consulta sobre el Yasuní: Un llamado para proteger el bosque más biodiverso del mundo contra la explotación petrolera

El Parque Nacional Yasuní de Ecuador, el lugar con mayor biodiversidad de la Tierra y santuario de los Pueblos Indígenas, se enfrenta a la amenaza inminente de una extracción de petróleo que podría devastar sus delicados ecosistemas. El 20 de agosto, el pueblo ecuatoriano votará en un proceso de consulta sin precedentes para decidir si se sigue explotando petróleo o se protege este ecosistema crucial y su importancia cultural.

En el corazón de Ecuador se encuentra el Parque Nacional Yasuní, un tesoro de biodiversidad y un santuario para los Pueblos Indígenas. La región del Yasuní se ha convertido en un foco de preocupación medioambiental mundial debido a su potencial para la extracción de petróleo, que supone una grave amenaza para sus delicados ecosistemas y los medios de vida de sus habitantes indígenas. A medida que se acerca la inminente decisión sobre la explotación petrolera en Yasuní, los Pueblos Indígenas alzan sus voces al unísono para defender la conservación de esta naturaleza de valor incalculable.

Yasuní no es sólo un pedazo de tierra; es un testimonio vivo y palpitante de las maravillas naturales de la Tierra. Presume de una biodiversidad sin parangón, hogar de innumerables especies de plantas y animales que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta. Está considerado el lugar con mayor biodiversidad de la Tierra. Este delicado equilibrio sustenta intrincadas redes de vida y desempeña un papel vital en el mantenimiento del clima mundial. Los Pueblos Indígenas del Yasuní han vivido en armonía con este ecosistema durante generaciones, y su administración ha permitido que florezca su increíble diversidad.

Sin embargo, los exuberantes paisajes del Yasuní se enfrentan ahora a una amenaza inminente: la invasión de la extracción de petróleo. Aunque la explotación petrolífera pueda ofrecer beneficios económicos a corto plazo, el daño irreversible que podría infligir a los ecosistemas del Yasuní supera con creces cualquier beneficio temporal. El proceso de perforación, el desarrollo de infraestructuras y los posibles vertidos podrían provocar la deforestación, la contaminación del suelo y el agua y la alteración de los hábitats de la fauna local. Los Pueblos Indígenas, que han vivido de forma sostenible en el Yasuní durante siglos, corren el riesgo de ser desplazados y de perder su modo de vida tradicional.

La región del Yasuní no sólo alberga comunidades indígenas bien establecidas, sino también la rara presencia de Pueblos Indígenas no contactados, los tagaeri y los taromenane. Viven en aislamiento voluntario, mantienen sus modos de vida tradicionales y permanecen al margen del mundo moderno. La invasión de la explotación petrolífera supone una amenaza existencial para estas poblaciones vulnerables, ya que el contacto con foráneos podría introducir enfermedades para las que no tienen inmunidad y alterar el delicado equilibrio de su existencia.

Como medida revolucionaria, se ha iniciado un proceso de consulta para determinar el futuro de la explotación petrolera en Yasuní. Los Pueblos Indígenas, que tienen una profunda conexión espiritual con la tierra, están desempeñando un papel fundamental en la toma de esta decisión. El 20 de agosto, el pueblo de Ecuador expresará su derecho democrático a través de una consulta, haciendo oír su voz y dando forma al destino de su patria.

Los pueblos Tagaeri, Taromenane,Dugakaeri, Waorani y Kichwa están organizados y llaman a su nación y a la comunidad internacional a proteger la Amazonía ecuatoriana votando #SíalYasuni y apoyando su campaña a través de plataformas digitales.

La Consulta Yasuní representa un faro de esperanza para la preservación de uno de los ecosistemas más notables del mundo. Los Pueblos Indígenas están al frente de esta batalla, defendiendo sus hogares, sus culturas y el delicado equilibrio de la naturaleza. Mientras el mundo observa, la consulta del Yasuní sirve de testimonio del poder de la unidad y de la determinación colectiva de salvaguardar los tesoros irremplazables de nuestro planeta. Unámonos a las comunidades indígenas del Yasuní y garanticemos que esta maravilla natural permanezca intacta ante el azote de la explotación petrolera.

Para apoyar a los Pueblos Indígenas de Ecuador, sigue a la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana y comparte su mensaje (@confeniae1) y utiliza el hashtag #SíalYasuni.

group photo of Indigenous Peoples from Brazil along with allies during the Amazon Summit

Diálogo Inclusivo en Cumbre Amazónica: Los Pueblos Indígenas deben estar en el centro de todos los diálogos

The Amazon Summit (8th and 9th of August) and the Amazon Dialogues (Diálogos Amazônicos) (4th to 6th of August) have sparked vital discussions about the preservation of the world’s largest rainforest and its immense ecological significance. However, it is crucial to emphasise that these discussions cannot be complete without the active involvement of the Indigenous Peoples and Local Communities who have historically been the most effective stewards of this invaluable ecosystem.

La importancia de este enfoque inclusivo fue subrayada por la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB) y varias organizaciones indígenas durante el período previo a la Cumbre de la Amazonía. Los Pueblos Indígenas de la Amazonía se unieron para resaltar los problemas apremiantes que rodean a la selva amazónica, en particular las amenazas planteadas por la tesis del Marco Temporal (Marco Temporal) y el “punto de no retorno” que se aproxima.

Durante la Cumbre Amazónica los líderes de ocho países amazónicos, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela buscarán renovar el Tratado de Cooperación Amazónica (ACTO) y su organismo relacionado (OTCA). El objetivo es lograr un acuerdo integral para el futuro de la Amazonía. Sin embargo, es imperativo recordar que cualquier enfoque para preservar la selva tropical debe basarse en la sabiduría colectiva de las personas que han nutrido y protegido estas tierras durante generaciones.

Múltiples estudios, incluida evidencia reciente del Proyecto Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), respaldan consistentemente la idea de que la preservación y el manejo sostenible de la Amazonía están intrínsecamente ligados a los derechos y la participación de sus habitantes nativos. De hecho, los territorios indígenas en toda la Amazonía tienen tasas de deforestación más bajas que cualquier otra tierra, incluidas las áreas protegidas a nivel nacional.

Sin embargo, los formuladores de políticas de la región aún no se han comprometido a demarcar más tierras para los Pueblos Indígenas, y algunos gobiernos están haciendo exactamente lo contrario. En Brasil, los pueblos indígenas se han opuesto a la tesis del marco temporal, un argumento legal que otorga derechos territoriales exclusivamente a los pueblos que estaban presentes o en disputa por un terreno específico el 5 de octubre de 1988, día en que se promulgó la Constitución Federal. Esta afirmación no tiene en cuenta los casos de desplazamiento y la invasión de los asentamientos por explotadores de tierras y comerciantes de madera.

“Somos más de 180 pueblos en la Amazonía brasileña, y no hay forma de que podamos hablar, no hay forma de que podamos dialogar sobre preservación sin hablar de demarcación de territorios indígenas”, dijo Auricélia Arapiun de la Coordinación de las Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña (COAIB) durante la plenaria de los Diálogos de la Amazonía. “No queremos una discusión en la que no se nos escuche. Queremos que se respete nuestro derecho al Consentimiento Libre, Previo e Informado; queremos ver la efectividad de las políticas que protegen nuestros territorios”, agregó.

En una carta reciente escrita por la APIB y varias otras organizaciones de la región se mencionó lo siguiente: “Exigimos que se consideren nuestras formas propias de organización territorial y de ocupación tradicional y originaria, que sean independientes y previas al reconocimiento del Estado” y también señaló que “Discutir el futuro de la Amazonía sin los pueblos indígenas equivale a violar nuestros derechos originarios y todo el trabajo que hacemos por la vida humana en el planeta”.

A medida que avanzamos en nuestra misión colectiva de salvaguardar la selva amazónica, es imperativo garantizar que las voces de los Pueblos Indígenas y las Comunidades Locales permanezcan al frente de la conversación. La preservación de este invaluable tesoro natural depende de nuestra capacidad de incluir y respetar a quienes han sido sus guardianes desde tiempos inmemoriales. Sin sus conocimientos, tradiciones y participación activa, cualquier debate sobre la conservación de la Amazonía sería incompleto e intrínsecamente defectuoso. Permanezcamos unidos para reconocer la importancia del diálogo inclusivo y la colaboración equitativa para el futuro de la Amazonía y nuestro planeta.

Para apoyar a los Pueblos Indígenas y Comunidades Locales durante la Cumbre de la Amazonía sigue y dona a la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (@apiboficial).

photos: @cristian-arapiun

a river in the Ecuadorian Amazon flows in the midst of large rocks

Proteger los bosques del mundo significa proteger los derechos indígenas

Los Pueblos Indígenas han demostrado ser los mejores protectores de los recursos naturales de nuestro mundo. Pero sus tierras y formas de vida tradicionales están siendo atacadas por corporaciones extractivas que priorizan las ganancias sobre la sostenibilidad, lo que representa una amenaza para la biodiversidad y el futuro de todos.

TENA – Durante más de 500 años, los Pueblos Indígenas de Ecuador han estado luchando para proteger sus tierras, su cultura y su propia existencia de las desastrosas consecuencias de la colonización. Desde el momento en que los colonizadores pisaron nuestras tierras, buscaron explotar sus recursos naturales con fines lucrativos. Hoy, corporaciones de China, Canadá y Australia extraen oro de nuestros territorios, ignoran nuestras objeciones y desafían las órdenes del gobierno, perpetuando la muerte y la destrucción.

Los Pueblos Indígenas han servido durante mucho tiempo como guardianes del futuro colectivo de la humanidad, viviendo en armonía con la naturaleza y respetando sus ciclos y complejidades. Reconocemos que nuestra supervivencia (y la supervivencia de todos los demás) está indisolublemente ligada a la salud y vitalidad de los ecosistemas naturales. Pero los bosques a los que llamamos hogar, que han sustentado a nuestras comunidades durante generaciones, están bajo ataque. Los ríos que alguna vez fueron prístinos ahora están contaminados con químicos tóxicos, envenenando nuestros alimentos, tierras y comunidades.

A medida que la incesante extracción de petróleo y minerales degrada nuestras tierras y ríos, los delicados ecosistemas que sirven como hábitat para innumerables especies están al borde del colapso. Pero no es sólo la destrucción física lo que lamentamos. La violación de nuestras tierras sagradas es una afrenta al espíritu y la resiliencia de los Pueblos Indígenas. Nuestro profundo vínculo con la Tierra es la base de nuestra identidad cultural. Cuando las corporaciones multinacionales devastan indiscriminadamente nuestros bosques, pisotean nuestro legado ancestral e ignoran la sabiduría y el conocimiento que se han transmitido de generación en generación. Además, esta devastación sirve como un claro recordatorio de que, a pesar de siglos de mercantilización, las sociedades contemporáneas aún se aferran a modelos económicos que priorizan las ganancias sobre el bienestar de las personas y el medio ambiente.

Mientras escribo esto, mis amigos, mi familia y yo estamos desafiando activamente las prácticas dañinas de estas empresas. Los llamamos en las redes sociales y los llevamos a los tribunales. Pero nuestras objeciones a menudo se dejan de lado, como lo han hecho los Pueblos Indígenas durante siglos. Esto alimenta un círculo vicioso de pobreza, desigualdad y desintegración cultural.

Lamentablemente, mi lucha para proteger las tierras ancestrales donde residen mis amigos y familiares es simplemente un microcosmos de la lucha más amplia para preservar nuestro planeta. Un modelo económico basado en maximizar las ganancias a corto plazo, sin tener en cuenta las consecuencias ambientales, ha llevado al planeta al borde de la catástrofe climática y ha resultado en ríos contaminados, ecosistemas diezmados y el desplazamiento de comunidades indígenas.

Ecuador, como gran parte de América Latina, es víctima de este modelo económico. A pesar de haberse liberado del colonialismo, los países latinoamericanos todavía dependen de la exportación de productos básicos y de la acumulación de préstamos extranjeros con intereses elevados para impulsar el desarrollo económico. Ecuador, por ejemplo, exporta petróleo extraído de la Amazonía para pagar sus deudas.

Mientras prevalezca el capitalismo extractivo, las comunidades indígenas de Ecuador no tendrán más remedio que oponerse a él. Hemos tratado de expresar nuestras preocupaciones a través de protestas pacíficas, peticiones y juicios y, sin embargo, nuestras súplicas siguen cayendo en oídos sordos. Dado este flagrante desprecio por los derechos humanos básicos de los Pueblos Indígenas, la comunidad internacional debe intervenir y hacer cumplir las órdenes judiciales que protegen nuestras tierras.

La lucha en curso de los Pueblos Indígenas para conservar sus tierras y formas de vida tradicionales subraya la necesidad urgente de un cambio radical en la conciencia y la práctica. Debemos ir más allá de los estrechos límites de las economías impulsadas por las ganancias y adoptar un nuevo espíritu que enfatice el bienestar de las personas, las sociedades y el planeta.

Con este fin, la Iniciativa Bridgetown de la Primera Ministra de Barbados, Mia Amor Mottley, exige reformas de gran alcance en la arquitectura financiera mundial. Hacer que los prestamistas multilaterales respondan mejor a las necesidades climáticas de los países de bajos ingresos permitiría dirigir fondos críticos a los países que más los necesitan, como Ecuador. Si bien puede ser demasiado optimista creer que tales reformas pondrían fin a la minería de oro en la Amazonía, estos cambios son esenciales para desmantelar el sistema de explotación actual y poner al mundo en el camino hacia la sostenibilidad.

En este momento de crisis, inspirémonos en el espíritu indomable y el compromiso inquebrantable de las comunidades indígenas que han estado luchando para proteger sus tierras durante siglos. Al unirnos y adoptar modelos económicos alternativos, podemos obligar a las multinacionales a abandonar sus prácticas destructivas y reclamar un futuro en el que se respeten los derechos de los Pueblos Indígenas, nuestros bosques sean seguros y el bienestar de todos los seres vivos tenga prioridad sobre el fondo corporativo línea.